The China Mail - Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

USD -
AED 3.673005
AFN 71.633316
ALL 90.514467
AMD 390.65139
ANG 1.790208
AOA 915.999764
ARS 1073.465799
AUD 1.65714
AWG 1.8
AZN 1.700836
BAM 1.785401
BBD 2.019937
BDT 121.550441
BGN 1.785075
BHD 0.376754
BIF 2973.60337
BMD 1
BND 1.347806
BOB 6.928063
BRL 5.875698
BSD 1.000438
BTN 85.886692
BWP 14.071636
BYN 3.273951
BYR 19600
BZD 2.009521
CAD 1.42773
CDF 2872.999986
CHF 0.855098
CLF 0.025537
CLP 979.971335
CNY 7.28155
CNH 7.32063
COP 4181.71
CRC 507.659163
CUC 1
CUP 26.5
CVE 100.658183
CZK 22.971007
DJF 178.152473
DKK 6.80587
DOP 62.916507
DZD 133.749023
EGP 51.414001
ERN 15
ETB 132.431441
EUR 0.911835
FJD 2.33325
FKP 0.774458
GBP 0.78036
GEL 2.750018
GGP 0.774458
GHS 15.452654
GIP 0.774458
GMD 71.461814
GNF 8678.171978
GTQ 7.716396
GYD 210.180705
HKD 7.768595
HNL 25.664557
HRK 6.874494
HTG 132.979117
HUF 370.361432
IDR 16564.219442
ILS 3.78457
IMP 0.774458
INR 85.509498
IQD 1310.323621
IRR 42002.601119
ISK 132.195716
JEP 0.774458
JMD 157.23621
JOD 0.708982
JPY 146.443502
KES 129.479403
KGS 86.768703
KHR 3998.590514
KMF 449.018129
KPW 900
KRW 1459.452089
KWD 0.307805
KYD 0.820006
KZT 509.574919
LAK 21651.680698
LBP 90271.085203
LKR 295.427831
LRD 199.886597
LSL 19.092298
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 4.834961
MAD 9.536033
MDL 17.531802
MGA 4651.707636
MKD 56.07975
MMK 2099.820881
MNT 3508.612
MOP 8.007644
MRU 39.915707
MUR 44.569601
MVR 15.459708
MWK 1733.371401
MXN 20.6776
MYR 4.436766
MZN 63.616338
NAD 19.092298
NGN 1529.461127
NIO 36.624561
NOK 10.903425
NPR 136.879329
NZD 1.791858
OMR 0.384998
PAB 1
PEN 3.678499
PGK 4.09838
PHP 57.408042
PKR 280.344053
PLN 3.889526
PYG 8053.790242
QAR 3.63979
RON 4.543598
RSD 106.910099
RUB 84.501385
RWF 1410.241694
SAR 3.749796
SBD 8.499799
SCR 14.818833
SDG 598.970435
SEK 10.100975
SGD 1.345922
SHP 0.785843
SLE 22.749817
SLL 20969.501083
SOS 569.536574
SRD 36.514556
STD 20697.981008
SVC 8.750208
SYP 13001.844432
SZL 19.092298
THB 34.326544
TJS 10.894584
TMT 3.49741
TND 3.056507
TOP 2.404412
TRY 38.011085
TTD 6.730946
TWD 33.205802
TZS 2665.572985
UAH 41.467776
UGX 3656.587596
UYU 42.236311
UZS 12920.507366
VES 71.363877
VND 25782.587407
VUV 122.117563
WST 2.799576
XAF 598.690839
XAG 0.033317
XAU 0.00033
XCD 2.7
XDR 0.746748
XOF 598.690839
XPF 108.913878
YER 245.471684
ZAR 19.39803
ZMK 9001.201138
ZMW 27.90088
ZWL 321.999592
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia / Foto: © AFP

Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

Sumergidos hasta la cintura, varios bomberos sacuden el agua oscura en la que flotan maderas, palos y residuos. Buscan posibles víctimas en este túnel entre dos localidades ahora destruidas cerca de la ciudad española de Valencia, donde hace unos días una ola de barro arrasó con todo.

Tamaño del texto:

"Los sótanos están todos inundados, yo entiendo que ahora cuando empiecen a sacar el agua van a salir bastantes fallecidos", explica Javier López sacudiéndose las manos manchadas de barro.

Él se dio la vuelta a tiempo cuando vio entrar una "catarata" de agua en el túnel que queda al lado de su casa, cuya planta inferior está ahora arrasada.

Minutos antes, un compañero le había dicho que la vecina Benetúser, donde tiene su empresa, se estaba inundando.

"La empresa, la oficina, la nave, los vehículos, los coches que teníamos aquí en la calle, está todo perdido", cuenta abatido.

Varios amigos le ayudan ahora a sacar el fango de la parte baja de su casa, donde una raya marrón de más de un metro recuerda sobre su cocina arrasada hasta dónde llegó el agua en la terrible tarde del martes.

"Estamos todos en shock", reconoce sobre el estado de esta poblada zona del área metropolitana de la tercera ciudad de España.

- "Estampida" -

Unas calles más allá, junto a la iglesia de la vecina Sedaví, otro camión de bomberos trata de drenar el agua que anega un garaje de dos pisos de los que no se sabe si todos pudieron salir.

"Nos vino una ola como de cuatro o cinco palmos, que luego se incrementó porque llevaba mucha fuerza. Los coches que venían se montaban unos encima de otros", describe Paquita, una vecina de 76 años que vio todo desde su balcón.

Quiere pensar que todo el mundo consiguió sacar los coches del estacionamiento, de donde los vehículos huían "en estampida", pero cuatro días después de la tragedia todavía hay muchas incertidumbres en Valencia.

"Hay gente que lo ha perdido todo y encima está buscando familiares", indica con la voz entrecortada.

- "Nos han dejado solos" -

Pese al incesante trabajo de residentes y voluntarios, las huellas del desastre aparecen a cada paso. Una mujer irrumpe en gritos en mitad de la calle y los vecinos corren a asistirla. Acaba de ver cómo la riada ha destrozado su negocio.

Pirámides de coches cortan el paso en algunas calles, con tramos inaccesibles. En otras, los objetos inservibles por el barro se apilan entre las aceras, mientras los vecinos siguen sacando fango sin cesar.

"Gracias a la gente que ha venido a ayudarnos, a todos, porque por parte de las autoridades, nadie", lamenta con la voz vibrante de indignación Estrella Cáceres, de 66 años.

La actividad es frenética en la planta baja de la que ha sido su casa desde hace 40 años. Amigos y familiares vacían habitaciones inservibles y tratan de rescatar recuerdos de esta vivienda en la que Estrella estaba con sus nietos cuando los sorprendió la riada.

Gracias a una segunda planta se salvaron. "Si no, ahora igual no estábamos mi nieta y a lo mejor yo", explica.

Al fondo de la casa, su marido Manuel trata de limpiar la parte trasera, donde el agua casi alcanzó el metro y medio de altura. Sabe bien lo que hace, fue bombero durante 33 años y ahora le ha tocado estar del otro lado de la tragedia.

"Esto va a tardar meses, porque el coche no lo podemos sacar y hasta que no venga la UME y retire todo, no podemos sacar nada", dice, en referencia al cuerpo militar de rescate.

Frente a la única farmacia que queda abierta en Alfafar, decenas de vecinos hacen fila. Desde aquí la vida cotidiana todavía se ve muy lejos y los vecinos de esta zona arrasada no saben cuándo dejarán de contar pérdidas.

"Yo sé de gente muerta y desaparecida, mucha", dice Charo de la Rosa, mientras aguarda para comprar medicamentos para sus padres.

"Son vecinos, son gente que quieres, que te has criado con ellos (...) Gente a la que no vas a volver a ver, y la muerte tan difícil que han tenido, y tan cruel, se hubiera podido evitar", lamenta esta trabajadora de hostelería. "Nos han dejado solos".

A.Sun--ThChM